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dissabte, 27 de febrer del 2010

MODIFICACION DE LA COMISIÓN POR VENTA DEL TALLER MECÁNICO Y DE LA DIVISIÓN COMERCIAL


El día 15 de febrero la dirección de la empresa convocó al Comité Intercentros para comunicarle que vuelve a iniciar el periodo de consultas, a través del Art. 41 del Estatuto de los Trabajadores, con los representantes de los trabajadores para modificar las condiciones laborales en materia de salario de los departamentos de taller mecánico y división comercial.

El Comité Intercentros está compuesto por 13 personas, distribuidos de la siguiente manera: fasga 7 miembros, fetico 4 miembros, UGT 1 miembro y CC.OO. 1 miembro. Para que los acuerdos tengan validez deben ser aprobados por mayoría simple, es decir la mitad más uno.

La empresa quiere modificar el sistema de percepción de comisiones por venta del personal afectado. El nuevo sistema quiere aplicarlo el 1 de abril para el taller mecánico y el 1 de mayo para la división comercial. Por ello, el próximo lunes, 1 de marzo, ha convocado nuevamente al Comité Intercentros para firmar el acuerdo referente al taller mecánico. Los planteamientos hechos por la dirección de El Corte Inglés son asignar un presupuesto a cada trabajador del taller en función de la cantidad resultante de multiplicar por dos su salario bruto anual, siendo condición ineludible alcanzar esta cifra para percibir la comisión correspondiente a los servicios realizados. Los argumentos esgrimidos para esta modificación son ser más competitivos y rentabilizar la inversión que están realizando en la modernización de los talleres.

Está modificación va a suponer una merma en la retribución salarial de los compañeros que no lleguen a los objetivos asignados y que va a afectar sobre todo a los que tienen más antigüedad y, por tanto, el salario más alto. El planteamiento es tan injusto como todas las medidas que nos han aplicado en este último año. No quieren trabajadores y trabajadoras, quieren siervos.

Nos están arrebatando lo que es nuestro, horarios, salario, derechos y todo ello bordeando la delgada línea de la legalidad. Una legalidad que les dan los 7 miembros de fasga y los 4 de fetico que acuerdan las modificaciones de las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de El Corte Inglés con su representación en el Comité Intercentros.

Comisiones Obreras a través de nuestra única representante ha acusado a la dirección de la empresa de no querer negociar, sino de imponer sus agresivas medidas orientadas exclusivamente a disminuir el coste salarial. Los trabajadores y trabajadoras de El Corte Inglés estamos sometidos a la avaricia insaciable de la dirección. Está situación sólo cambiará cuando cambiemos la representación legal en los comités de cada centro, y que éstos sean realmente la herramienta para impedir la pérdida de derechos laborales.


LOS SINDICATOS AMARILLOS FASGA Y FETICO SOLO REPRESENTAN A LA EMPRESA

¡HAY QUE ECHARLOS DE LOS COMITES!

I SEGUIM, EL 26/02/2010 A CORNELLA










dilluns, 22 de febrer del 2010

fetico y fasga CARECEN DE LA CONDICIÓN DE SINDICATOS MÁS REPRESENTATIVOS

Según sentencia de la Audiencia Nacional de fecha 12 de febrero.

El pasado 10 de Febrero, se celebró el juicio sobre la impugnación al convenio colectivo de Grandes Almacenes que habíamos interpuesto CCOO.

En dicha sentencia la Audiencia Nacional ha estimado algunos aspectos de nuestra demanda anulando algunas partes del convenio colectivo que firmaron fasga y fetico:

Anula el artº 4.2, referente a la articulación de la negociación colectiva, que es la que decide que materias se pueden negociar en el convenio y cuales pueden negociarse en la empresa. En este aspecto la sala, de acuerdo con lo estipulado en el Estatuto de los Trabajadores, determina que los firmantes del convenio (fasga y fetico) no tienen la condición de sindicatos más representativos según estipula la ley y, por tanto, no tienen capacidad para establecer este artículo limitando la negociación en las empresas.

Anula el artº 9.4.1 que establecía una discriminación entre los trabajadores y trabajadoras de tiempo completo y la plantilla de tiempo parcial.

Anula el artª 47 párrafo tercero referente a la indemnización por uniformidad que el convenio establecía que se debía de abonar proporcionalmente a los tiempo parciales, y ahora estima que debe de ser igual que la plantilla a tiempo completo.

El resto de nuestros planteamientos, la Audiencia Nacional los ha desestimado, pero nosotros entendemos que la argumentación que la sentencia expone no justifica suficiente el motivo de que no hayan anulado lo solicitado, hecho que nos obligará a recurrir al Tribunal Supremo otras cuestiones que entendemos de importancia, como puede ser la regulación del contrato de obra o servicio, o la disposición final referente a la aplicación del descanso semanal.

Con los artículos que ya ha anulado la Audiencia, y con los que podamos ganar ante el Tribunal Supremo, demostramos, una vez más, que este convenio colectivo firmado por los departamentos sindicales de las empresas no solo es un paso atrás en los derechos de los trabajadores y trabajadoras del sector de grandes almacenes, sino también que tiene varias cuestiones que están fuera de lo estipulado en la ley.

diumenge, 21 de febrer del 2010

CAMPANYA A EL CORTE INGLES

El passat 20 de gener començarem la campanya d’informació als centres de treball de tota l’empresa.

Començarem al centre de Preciados i a tot un seguit de centres: Princesa, Serrano I, Castellana, Goya, La Vaguada, de Madrid; Pintor Sorolla i Ademuz, del País Valencià; Jaen, Bahia Malaga, Marbella, Sevilla, Cordoba, Mijas, d’Andalusia; Pg Zorrilla i Leon, de Castella i Lleó.
Però també en els nostres centres de la Diagonal i la Plaça catalunya.

diumenge, 14 de febrer del 2010

fasga y fetico; AMARILLOS, MENTIROSOS Y MANIPULADORES, ADEMÁS DE VENDIDOS A LA PATRONAL ANGED


Cuando todo el mundo clama por un acuerdo entre los interlocutores sociales, que pueda ayudar a dar esperanza ante la mala situación de la economía y los graves daños que están sufriendo los más de cuatro millones de parados, unos indocumentados acostumbrados a rubricar los exclusivos intereses de una patronal que se distingue por su egoísmo, se atreven a lanzar un libelo que con infantiles argumentos pretende justificar los desmanes que ellos han permitido en el Convenio de Grandes Almacenes.

Estos indocumentados, carentes de cualquier atisbo de responsabilidad para con los trabajadores y trabajadoras, se han permitido poner en solfa el contenido del reciente Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva, pretendiendo justificar con ello los desmanes que está suponiendo el convenio en las empresas de distribución comercial.

Ahora que podemos disponer de una referencia valida para la negociación colectiva, aparecen estos agoreros, entregados a los exclusivos intereses de quienes les sostienen contra la lógica de la realidad, y pretenden sentar cátedra con sus pobres argumentos de fracasados.

Son incapaces de articular una palabra en defensa de quienes trabajamos en las mesas de negociación, frente a los patronos que los sostienen, y tienen el descaro de poner en cuestión el contenido de un acuerdo que seguro ayudará a recuperar el camino para salir de la crisis.

¿Qué pretenden estos, que tienen el atrevimiento de cuestionar el esfuerzo de las organizaciones democráticas de los trabajadores y trabajadoras? Desprenden en sus libelos un tufillo fascista y casposo que recuerda a otros tiempos y a otros personajes que destacaron por su apoliticismo, pero que se adueñaron de la palabra y la voz de todo un pueblo.

Porque hoy cuando toda la sociedad recibe con agrado el entendimiento de quienes tienen la responsabilidad de buscar acuerdos y alcanzarlos, ellos en su incapacidad para ver mas allá de sus agradecidas narices pretenden dar lecciones, cuando ignoran incluso a quienes representan.

Y nos preguntamos: ¿serán ignorantes o no saben leer los acuerdos? Veamos: Lo que ellos han firmado y consentido en Grandes Almacenes condena a los más de 300.000 trabajadores y trabajadoras a incrementos salariales que previsiblemente pueden estar por debajo del IPC real de cada año y además carecen, porque lo han eliminado del convenio, de cláusula de revisión salarial. En consecuencia, será imposible que se actualicen los salarios y se recuperen las diferencias.

Por el contrario, el Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva fija bandas salariales que tienen presente la realidad de cada sector, pero siempre con la garantía de revisión salarial de acuerdo con el IPC real de cada año. Y además, el acuerdo permite que la negociación prevea la posibilidad no solo del mantenimiento de poder adquisitivo sino de incrementos que permitan recuperación de los salarios.

Es decir, que si se aplicaran los criterios que en materia salarial fija el Acuerdo Interconfederal en Grandes Almacenes, los trabajadores y trabajadoras no correríamos el riesgo cierto de tener incrementos inferiores al IPC real de cada año.

En cuanto a los compromisos de mantenimiento del empleo: el Acuerdo Interconfederal hace una apuesta decidida por el empleo estable y por tanto del mantenimiento de las plantillas, y para ello antepone la flexibilidad interna frente a la disminución de estas.

Todo lo contrario de lo que se ha consumado en Grandes Almacenes donde, gracias al favor que los firmantes han permitido con la aplicación de las sentencias del descanso semanal y las posteriores consecuencias de desregulación horaria, han posibilitado que las empresas se desprendan de cerca de 90.000 personas y cubrir su ausencia modificando la jornada de los que han quedado en activo. Y han consentido esta barbaridad cuando lo único que había que hacer era garantizar el cumplimiento de un derecho, que por sí solo era generador de más empleo.

Lo dicho, tendremos que exigir que en Grandes Almacenes se apliquen los criterios del Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva y así puede que logremos paliar los entuertos que los firmantes del convenio han permitido.

Porque ante su libelo, nos volvemos a preguntar, ¿será ocurrencia propia o quizá esté escrito al dictado de la patronal que los mantiene?

divendres, 5 de febrer del 2010

Las pensiones son viables

Graves errores metodológicos hechos por los economistas (y los medios de información y persuasión) liberales en sus diagnósticos del colapso de las pensiones

por Vicenç Navarro

Desde hace décadas se viene anunciando que las pensiones no podrán mantenerse como ahora en el futuro, y que hay que tomar medidas para evitar su colapso en pocos años. Vicenç Navarro, sin embargo, demuestra simple y fehacientemente que esas voces agoreras están equivocadas. O, más probablemente, que hacen trampas a sabiendas.

Recientemente hemos visto una avalancha liberal que tiene como objetivo alarmar a la población haciéndole creer que las pensiones no son viables. La Comisión Europea, el Banco de España, el BBVA y el Partido Popular Europeo (del cual el PP español forma parte) han publicado informes y documentos que alertan a la población española de que hay que reducir las pensiones porque el sistema de Seguridad Social que las financia no es sostenible. En defensa de sus posturas presentan datos e información empírica que asumen que apoyan sus alarmas sobre las cuales basan sus recomendaciones. Todos estos documentos tienen errores graves que invalidan sus conclusiones, transformando tales documentos en manifiestos políticos en lugar de informes científicos. Veamos tales errores.

1. Asumir que la esperanza de vida mide los años que una persona vive

Tales documentos asumen erróneamente que el hecho de que la esperanza de vida promedio de España haya pasado de ser 76 años a 80 años en veinticinco años (1980-2005) quiere decir que el promedio español vive ahora cuatro años más. Ello no es cierto. Hay que saber qué quiere decir esperanza de vida y cómo se calcula. Supongamos que España tuviera sólo dos habitantes. Uno, Pepito, que muere al día siguiente de nacer, y el otro, la Sra. María que tiene 80 años. La esperanza de vida promedio de España sería 0 años más 80 años, dividido entre dos, es decir, cuarenta años. Pero supongamos que en un país imaginario vecino, hay también dos ciudadanos, uno, Juan, que en lugar de morir al día siguiente de nacer, como Pepito en España, vive veinte años, y la otra persona es la Sra. Victoria que tiene también 80 años como la Sra. María. En este país imaginario, la esperanza promedio de vida es de 20 más 80, dividido entre dos, es decir 50 años, diez años más que en España.

Ello no quiere decir (como constantemente se malinterpreta este dato) que el ciudadano promedio de aquel país viva diez años más que en España: lo que el dato dice es que hay diez años de vida más en el promedio de aquel colectivo de dos personas sin clarificar que ello se deba a que la Sra. Victoria viva diez años más que la Sra. María (lo cual no es cierto), o que sea Juan el que vive veinte años más que Pepito. Todos los documentos que favorecen la reducción de las pensiones concluyen que la Sra. María vive diez años más, lo cual, repito, no es así.

Lo que ha estado ocurriendo en España (y en Europa) es que la mortalidad infantil ha ido disminuyendo de una manera muy marcada, con lo cual la esperanza de vida ha ido aumentando, pasando de 76 años a 80 años. Ello no quiere decir, como habitualmente se asume, que el ciudadano español medio viva cuatro años más ahora que hace veinticinco años. La mortalidad por cada grupo etario ha ido descendiendo (incluyendo entre los ancianos), pero los años de vida que el ciudadano medio vive ahora no es de cuatro años más que en 1980. Calcular las pensiones en base a esta lectura errónea de los datos penaliza a la población pues asume que la gente vive más años de lo que en realidad vive.

2. Los promedios no son sensibles a las diferencias por clases sociales

Otro gran error es malinterpretar el significado de promedio. Una persona se puede ahogar en un río que tiene como promedio sólo diez centímetros de profundidad. Tal río puede ir seco a lo largo de muchos kilómetros pero en algunas zonas éste puede tener tres metros de profundidad, y es ahí donde el lector se puede ahogar. Un promedio en sí no nos dice mucho si no sabemos también las variaciones del promedio. Lo dicho tiene especial importancia en el cálculo de la esperanza de vida y en la estimación de la longevidad (los años que una persona vive). Las diferencias en longevidad por clase social son enormes.

Así, la diferencia en los años de vida existente entre una persona perteneciente a la decila de renta más baja del país (los más pobres) y la decila superior (los más ricos) en España es nada menos que de diez años (ha leído bien, diez años). En EEUU son quince y en el promedio de los países de la UE-15 son siete. Estas diferencias en longevidad se deben a que el nivel de salud de la población depende, sobre todo, de la clase social a la cual se pertenece. Un trabajador no cualificado (en paro frecuente durante más de cinco años) tiene, a los sesenta años, el nivel de salud que un banquero tiene a los setenta años. Este último sobrevivirá al primero diez años. Es profundamente injusto pedirle al primero que continúe trabajando dos (y algunos piden cinco) años más para pagar las pensiones del segundo que le sobrevivirá diez años. La insensibilidad hacia esta realidad mostrada por estos informes es abrumadora. Retrasar la edad de jubilación a toda la población trabajadora sin más, es una medida que perjudica a las clases populares para beneficiar a las clases de mayores rentas que viven más años.

3. El error del argumento alarmista: el crecimiento del porcentaje del PIB gastado en pensiones es excesivo

Este es uno de los errores metodológicos más importantes y frecuentes que aparece en el informe de la Comisión Europea, y que ha sido reproducido en gran número de artículos y editoriales. Tal argumento indica que el porcentaje del PIB en pensiones subirá de un 8,4% en el año 2007 a un 15,1% del PIB en el año 2060, un porcentaje que estos informes señalan como excesivo, pues la sociedad en el año 2060 no podrá absorber tales gastos pues restarán recursos necesarios para otras actividades, programas o servicios a la población no pensionista. El hecho de que el porcentaje de gasto en pensiones públicas alcanzará el 15,1% en el 2060 se considera una noticia alarmante que requiere una intervención ya ahora, disminuyendo los beneficios de los pensionistas.

En este argumento se ignora el impacto del crecimiento de la productividad sobre el PIB del año 2060. Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es un 1,5%, un crecimiento que incluso el Banco de España admite como razonable.

En este caso, el valor del PIB español será 2,23 veces mayor que el PIB del año 2007. Ello quiere decir que si consideramos el valor del PIB del año 2007 como 100, el del año 2060 será de 223. Pues bien, el número de recursos para los no pensionistas en el año 2007 fue de 100 menos 8,4 (8,4 es la cantidad que nos gastamos aquel año en pensionistas), es decir, 91,6. En el año 2060 los recursos a los pensionistas serán el 15,1% de 223, es decir 33, y para los no pensionistas será 223 menos 33, es decir, 192, una cantidad que es más del doble de la existente en el año 2007, 91,6. Debido al crecimiento de la productividad, en el año 2060 habrá más recursos para los no pensionistas que hoy, y ello a pesar de que el porcentaje del PIB dedicado a pensiones es superior en el año 2060 que en el 2007. Los que alarman innecesariamente a la población olvidan un hecho muy elemental. Hace cincuenta años, España dedicaba a las pensiones sólo un 3% del PIB. Hoy es un 8%, más del doble que cincuenta años atrás. Y la sociedad tiene muchos más fondos para los no pensionistas de los que había entonces, aún cuando el porcentaje del PIB en pensiones sea mucho mayor ahora que entonces. Por cierto, ya hace cincuenta años, cuando España se gastaba un 3% del PIB en pensiones, había voces liberales que decían que en cincuenta años se doblaría o triplicaría tal porcentaje, arruinando el país. Pues bien, estamos cincuenta años más tarde, y el país tiene más recursos para los no pensionistas que existían entonces, aún cuando el porcentaje del PIB dedicado a pensiones se ha doblado.

4. Se equivocan constantemente en sus proyecciones demográficas

Cualquier demógrafo que tenga un mínimo de rigor sabe las enormes dificultades en calcular cambios demográficos por periodos tan largos como cincuenta años. Y un buen ejemplo de ello es que los bancos y las cajas publican cada diez años informes anunciando el colapso de las pensiones en diez años. La Caixa (en 1998), el BBVA (en 2005 y en 2007), El Banco Santander (en 1992 y en 1999), el Banco de España (en 1995, en 1999, en 2002 y en 2009) y una larga lista, han predicho el colapso (utilizando un término menos contundente) de las pensiones para diez o como máximo veinte años más tarde. En defensa de sus proyecciones utilizan los mismos argumentos y los mismos datos (la Comisión Europea utiliza prácticamente los mismos datos que publicó el informe de la Fundación de las Cajas en 2007). Y una de las proyecciones más utilizadas es la de la evolución de la pirámide demográfica, indicando que el porcentaje de ancianos está creciendo muy rápidamente, y el de los jóvenes está bajando muy sustancialmente, ignorando que, en aquellos países que financian las pensiones a base de cotizaciones sociales como es el caso español, el punto clave no es el número de jóvenes y adultos por anciano, sino el número de cotizantes y la cantidad de cada cotización por beneficiario. Y tanto el uno como el otro están subiendo, el primero como consecuencia de la integración de la mujer al mercado de trabajo (si España tuviera la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo que tiene Suecia, habría tres millones más de cotizantes a la seguridad social), y el segundo como consecuencia del aumento de la productividad y de los salarios.

Es más, toda la evidencia muestra que las familias españolas desearían tener más hijos (dos por familia) que los que tienen ahora. El desarrollo de la sociedad y de los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y servicios domiciliarios, permitiría el incremento de la fecundidad, una de las más bajas del mundo. Hoy en Europa, los países nórdicos, con un amplio desarrollo del estado del bienestar, tienen una fecundidad mucho mayor que el Sur de Europa.

Dos últimas observaciones. El hecho de que el rigor y credibilidad de tales documentos liberales sea muy escaso no quiere decir que no tuviera que haber cambios en las pensiones, cambios distintos al retraso de la jubilación o disminución de sus beneficios que proponen los liberales.

Contrariamente a lo que se dice constantemente, las pensiones, incluyendo las contributivas, son demasiado bajas, y ello como consecuencia de que los salarios son demasiado bajos (ver el excelente capítulo sobre las pensiones escrito por la profesora Camila Arza en el libro La Situación Social en España. Vol. III. Biblioteca Nueva. 2009).

Otro cambio que debiera ocurrir es la flexibilización de la edad de jubilación permitiendo que aquellas personas (la mayoría profesionales) que desearan jubilarse más tarde pudieran hacerlo. La jubilación debiera ser un derecho, no una obligación. Debiera también prohibirse, como se ha hecho en varios países, la prejubilación utilizada por el mundo empresarial para realizar cambios en sus plantillas, penalizando el sistema de seguridad social y al prejubilado, pues éste recibe una pensión menor. Tal prejubilación le supone a España un recorte de ingresos equivalente a un 6% del PIB Una última observación es que el Estado debiera aumentar su aportación a las pensiones tal como lo hacen otros países (como Dinamarca), en que las aportaciones procedentes de los impuestos generales son mucho más intensas que en España. No hay nada sagrado en la Biblia económica que diga que las pensiones tienen que pagarse a base de cotizaciones sociales. La popularidad de las pensiones (entre todos los grupos etarios) es tal que puede justificarse tal medida, que contaría con gran apoyo popular. España ya lo hizo con la sanidad (que estuvo financiada por la Seguridad Social) y puede expandirlo a otras áreas

Cuba, para la reflexión

SANTIAGO ALBA RICO, CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA, BELÉN GOPEGUI Y PASCUAL SERRANO

Estos son tiempos para la reflexión en economía. Tras algunas décadas de predominio neoliberal patrocinado por la escuela de Chicago, la economía mundial se encuentra frente a una crisis de consecuencias imprevisibles, pero en cualquier caso gravísimas. Lo mínimo que se podría pedir al espíritu científico es cambiar los paradigmas, invertir las evidencias, reaccionar, en suma, ante esta bancarrota intelectual que impidió diagnosticar y prever la catástrofe que se avecinaba. ¿Es eso lo que se está haciendo?

Hemos conocido distintas versiones más o menos destructivas del capitalismo, lo mismo que del socialismo. Pero, respecto a la lógica interna que distingue a uno del otro, hay algo que debería hoy interesarnos vivamente. El socialismo puede dejar de crecer, el capitalismo no. El socialismo puede ralentizar la marcha, el capitalismo no.

Pensemos en el ejemplo de Cuba. Al hundirse la URSS, Cuba perdió repentinamente el 85% de su comercio exterior. Su producto interior bruto decreció nada menos que un 33% en términos absolutos. Uno puede hacerse una idea de la catástrofe si se piensa que en Europa nos echamos a temblar ante la perspectiva de perder un punto en el crecimiento previsto. Y a ello se unió un endurecimiento del bloqueo estadounidense. Sin embargo, la gente no murió de hambre en Cuba, no perdió sus zapatos, ni su educación, ni su seguridad social, ni tampoco su dignidad. Lo pasaron muy mal, pero no se enfrentaron al fin del mundo como habría ocurrido con semejantes indicadores en los países capitalistas.

En medio de la actual sacudida, cuando el capitalismo destruye cuerpos en África y puestos de trabajo en España, cuando erosiona sin remedio las condiciones de habitabilidad del hogar humano, cuando para ello tiene al mismo tiempo que recurrir al lubricante de las mafias, al estímulo de los integrismos religiosos, a la restricción de los derechos laborales y al recorte de las libertades, en ese momento, todas las miradas se dirigen, en efecto, hacia Cuba… pero para condenarla y hostigarla. ¿Por qué? ¿Qué pasa allí? ¿El récord de muertos en un solo día? En México. ¿El de sindicalistas y periodistas asesinados? En Colombia. ¿El de pogromos racistas contra inmigrantes? En Italia. ¿Homofobia? En Polonia. ¿Xenofobia institucionalizada y leyes raciales? En Israel. ¿Fanatismo religioso y machismo criminal? En Arabia Saudí. ¿Control de las comunicaciones, suspensión del habeas corpus, tortura, secuestros, asesinatos de civiles? En EEUU. ¿Malos tratos a detenidos, periodistas e intelectuales procesados, periódicos cerrados, corrupción galopante, inmigrantes en centros de internamiento? En España.

Bien, aceptemos que, en este cuadro dantesco, Cuba es apenas un “mal menor”. El que desde Europa y desde España se preste tanta atención negativa al país con menos problemas del planeta –como ha hecho el diputado Luis Yáñez (Público, 9-1-10)– demuestra de sobra, en todo caso, que no es lo malo de Cuba lo que se censura, sino lo que en Cuba se opone a esta lógica dantesca y a sus efectos; es decir, lo que tiene precisamente de bueno.

Los economistas Jacques Bidet y Gérard Duménil recuerdan que lo que salvó al capitalismo en las primeras décadas del siglo pasado fue la organización; es decir, la misma planificación que los liberales identifican horrorizados con el socialismo. Gobiernos e instituciones planificaron sin parar, como siguen planificando ahora, aunque lo hicieron para conservar y aumentar los beneficios y no para conservar la vida y aumentar el bienestar humano. Pero la planificación es ya, como quería Marx, un hecho. Basta sólo cambiarla de signo. En los últimos 60 años, la minoría organizada que gestiona el capitalismo global se ha visto apoyada, a una escala sin precedentes, por toda una serie de instituciones internacionales (el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el G-8, el G-20 etc.) que han concebido en libertad, y aplicado contra todos los obstáculos, políticas de liberalización y privatización de la economía mundial. El resultado salta a la vista.

¿Y si planificásemos al revés? ¿Y si prestásemos un poco de atención positiva a Cuba? Esto no lo hemos probado aún, pero lo que intuimos en la actualidad es más bien esperanzador: a partir de una historia semejante de colonialismo y subdesarrollo, el socialismo ha hecho mucho más por Cuba que el capitalismo por Haití o el Congo. ¿Qué pasaría si la ONU decidiese aplicar su carta de DDHH y de Derechos Sociales? ¿Si la FAO la dirigiese un socialista cubano? ¿Si el modelo de intercambio comercial fuera el ALBA y no la OMC? ¿Si el Banco del Sur fuese tan potente como el FMI? ¿Si todas las instituciones internacionales impusiesen a los díscolos capitalistas programas de ajuste estructural orientados a aumentar el gasto público, nacionalizar los recursos básicos y proteger los derechos sociales y laborales? ¿Si seis bancos centrales de Estados poderosos interviniesen masivamente para garantizar las ventajas del socialismo, amenazadas por un huracán?

Podemos decir que la minoría organizada que gestiona el capitalismo no lo permitirá, pero no podemos decir que no funcionaría. Según una reciente encuesta de GlobeSpan, la mayoría que lo padece (hasta un 74%) apuesta ya por otra cosa.

En su artículo, el diputado Yáñez decía amar a Cuba. Por eso, le deseaba lo mejor: incorporarse al capitalismo, justo cuando este ha demostrado su fracaso y su incompatibilidad, al mismo tiempo, con el bienestar humano y con la democracia, con la dignidad material y con el derecho. Nosotros no amamos a Cuba: respetamos a sus hombres y mujeres por lo que han hecho y por lo que siguen haciendo. Quizás a Yáñez le tranquilice pensar en Colombia o en Arabia Saudí. A nosotros nos tranquiliza pensar en Cuba, esa isla donde incluso los límites, los problemas, los errores de la revolución señalan inflexiblemente, desde hace 51 años, la posibilidad histórica de una superación del capitalismo y de una alternativa a la barbarie.

Santiago Alba Rico es escritor
Carlos Fernández Liria es profesor de Filosofía (UCM)
Belén Gopegui es escritora
Pascual Serrano es periodista

NI NOS DOMARON, NI NOS DOBLARON NI NOS VAN A DOMESTICAR

NI NOS DOMARON, NI NOS DOBLARON NI NOS VAN A DOMESTICAR
Marcelino y Josefina en el acto de homenaje del pasado lunes 26 de Noviembre